miércoles, 27 de febrero de 2013

Levanté la vista para enfrentarme a la gélida mirada, capaz de arrebatarle el aliento a cualquiera, que se interponía ante mi.
-Te quiero.-consiguí pronunciar por fin. Esas dos palabras que después de tantas noches rondando por mi cabeza, inquietándome, recordandome cada una de las promesas que un día llegamos a hacernos , por fin expuestas en el aire.
Los diez centímetros que me separaban de sus labios parecían mil kilómetros bajo la mirada tensa y vacía con la que me observaba.
-Me abandonaste- dijo por fin, como si esa frase le hubiese costado la vida para pronunciarla.- , me dejaste en el momento en el que más te necesitaba. Era vulnerable sin ti, y lo sabías perfectamente, y aun asi...- suspira- aun sabiendolo te fuiste.
Sentí como al decirlo, todo en mi interior se encojió. De parecer infranqueable, pasó a ser tan frágil como fino cristal. Aún no comprendo cómo soporto hacerle daño a alguien como él.
-Por que lo sabía he vuelto- consigo decir al fin, sin controlar el entusiasmo con el que lo pronuncio- . He vuelto, estoy aquí contigo, y lo siento,- cojo su mano entre las mías y me la acerco suavemente a los labios para besarla. Dios, echaba tánto de menos el calor que desprende su cuerpo... - Siento todo lo que ha pasado. Yo también soy vulnerable sin ti, me despertaba cada mañana y se me derrumbaba el mundo al no verte a mi lado. Lloraba desde que llegaba de clase hasta que por fin conseguía dormirme, sabiendo que eso no iba a acercarme a ti. Echaba de menos tus manos, tus brazos, tu pelo, tus ojos buscando los mios, tu protección, todo.- Consigo pronunciar la última sílaba casi sin aliento, y al recuperarlo, me acerco ignorando su sobresalto y le beso la comisura derecha de la boca. - Cuando me fui, todo mi corazón se quedó aqui, contigo. Lo único que quedaba eran lágrimas, arrepentimiento y mocos. Lo siento, oh, lo siento tantísimo...- al ecuchar estas palabras, noto como su mirada se tranquiliza.- Te dije que siempre te querría, y lo sigo haciendo. -consigo pronunciar al fin en un susurro. Al instante, noto cómo si todo su cuerpo se destensase, y como me mira aliviado.
Inesperadamente, se inclina y me besa. El beso más apasionado, profundo, lleno de deseo, dolor, arrepentimiento y añoranza, que jamás me han dado.
-No vuelvas a hacerme algo así nunca, creí que moría al verte salir por la puerta...- me susurra con su frente pegada a la mía. Dios, estoy completamente enamorada de este hombre, le quiero, ¡le amo! Nunca, nunca más te dejaré, ni siquiera sería capaz, yo también creí que moría al irme, nunca, nunca más nos haré pasar por esto, te lo prometo. Y le vuelvo a besar, dejando que todos esos sentimientos se liberen con mis labios, cómo si fuese la ultima vez que fuese a besarle...

No hay comentarios:

Publicar un comentario