sábado, 4 de mayo de 2013

Me da miedo, ¿sabes?, eso de que un día te des cuenta de que tal vez no soy tan especial como crees que soy, ni tan guapa, ni tan tierna, ni dulce, ni nada. Que te des cuenta de que tan solo soy un revoltijo de sentimientos e inseguridades metidos en un cuerpo que ni el más bonito, ni el más esbelto, ni el más espectacular, ni el más original.

Que un día despiertes y veas que el color de mis ojos no es nada del otro mundo, o que mi pelo no es el más suave, ni el más brillante, ni el más sedoso. Que descubras que el timbre de mi voz no está ni por encima ni por debajo de lo normal, que es solo uno entre tantos.

Me aterra pensar que al abrir los ojos ya no veas lo que un día te gustó tanto de mi; y dime, ¿qué fue? ¿Qué fue aquello que tanto te gustó, que te hizo fijarte y darte cuenta de que en ese momento no me podías dejar escapar? Dímelo, e intentaré conservarlo por siempre, para conservarte a ti también. Y es que, ¿qué pasaría si, dentro de unos años, todo eso que te gustó de mi ha terminado machacado por el tiempo? ¿Qué hago yo si se va gastando lo que sientes a la par que se va terminando esa 'belleza' que tanto te enamoró? ¿Me querrás igual?

No hay comentarios:

Publicar un comentario