miércoles, 26 de diciembre de 2012

Amor.

Cuatro letras que causan en mi todo tipo de preguntas. ¿Qué es? ¿Dónde se esconde? ¿Hay que esperarlo? ¿De verdad existe?
¿Es el amor lo que describo en mis entradas? No creo. Simplemente son sentimientos fugaces que coinciden con una pizca de inspiración en alguna tarde aburrida. Eso no es amor. No puede ser simplemente una escalera hacia lo más alto que se desvanece nada más llegar a la cima hundiendote en desilusión y agonía.
Y claro, si hay alguien ahi, leyendo todo lo que escribo, pensarás que esta es solo otro de esos muchos cambios de humor debídos a traiciones y fallos. Esta vez, no.
Dicen que el amor es, en muchas cosas  como la música: llega allí donde las palabras sobran. ¿Es alguien capaz de describir una melodía simplemente con palabras? Imposible. Entonces, ¿cómo atreverse a explicar el amor?  Simplemente es puro sentimiento, acompañado de razón y voluntad. Sin leyes que asignen lo que es y lo que no es amor de verdad, ni maneras de amar, ni idiomas para comprenderlo. ¿Es que es más amor ese que se puede expresar con caricias y besos, que ese que se esconde entre palabras bonitas y sonrisas vergonzosas detras de una pantalla que esconde en verdadero futuro? ¿Aquel que se da entre clases altas de la sociedad que el que surge de la miseria? ¿Es más amor el amor hablado, que aquel que por defecto se expresa con miradas y gestos? No creo. Todos esos amores tienen sus obstáculos y dificultades particulares, y todos tienen solución si es verdadero. Y las personas que catalogan de falso amor dependiendo de las circunstancias dadas..., si hay sentimiento verdadero y fuerte, después de haber meditado todas las dificultades y ventajas, y tienes voluntad suficiente para luchar por ello, ¿por qué no amar?

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